martes, marzo 14, 2006

Dedos de Barro





Dedos de barro
´´´´´´´´´´´´´


Tenía los dedos de barro,
la mirada de un lince herido
y las heridas de una fragorosa lucha.
Su cabello goteaba lágrimas de lluvia
y mojaban su rostro de mar fiero,
sus uñas ensangrentadas fueron culpables,
sus manos agarrotadas fueron testigos,
ella no quiso matarlo.


Él odiaba morir, pero su destino no era más que…
dos intenciones imposibles,
que al final se encontraron,
es que cuando el amor llega al extremo
se puede convertir en odio,
como cuando quieres perfeccionar algo
que de por sí esta bien,
hacerlo más bonito, lo hace feo.


Hay algo más que el amor esconde,
detrás de él hay una destrucción,
a las espaldas de una pasión arrancada
en el filo de un desamor correspondido,
allí se esconde algo, no tan dulce,
no tan cursi, no tan simplón,
se esconde el no ser del amor,
el lado oscuro del cariño.


Escondido tras las ramas del sexo
ahuyentado por la bondad de dos seres
que aún siendo humanos,
se sienten perfectos…
…porque se aman,
como víctimas a-mortales,
como angustiantes quejidos de luz,
como los crujidos de la leña al rojo vivo.


Encontrándole sentido a la locura,
comprendiendo lo bello de la absurdidad,
sorprendiéndote por aquel disparate llamado vida,
por aquella incoherencia llamada tiempo,
por esa broma de mal gusto llamada edad.
Y lo llamas amor,
cuando no haces más que encerrarlo
en un corazón con tres personas dentro.


Mira en la vuelta de la esquina de tu existir,
voltea sabelotodo,
¿Qué harás después de ver esos dedos
cubiertos de barro seco
que asoman por la arista de la pared?
preguntándote cuan fácil te ha sido
hacer de la tierra un infierno,
en tan poco tiempo.


En la retaguardia de la luna,
donde no se atreve a mirar el sol,
¿Acaso te animarías a mirar tú?
Si tienes valor para ver eso,
entonces tienes valor para ver detrás del amor
y poner tus dedos en el barro
para hacer de tu alma,
el alma de todos,
y darte cuenta que mirarnos a la cara
no da tanto miedo…



Sol de Guernica